En el patio de un convento, está sentada una de las monjitas, dando manotazos al aire, y diciendo: - ¡Coño! ¡Coño vete! ¡Coño!...
Se acerca la madre superiora y le dice: - Hermana, no se dicen tacos, hay que tratar a los animalitos con respeto y cariño y así no nos molestarán. Observe.
Y con suaves movimientos de manos dice: - Pitas, pitas, alejaos mosquitas.
De repente, se pone a dar manotazos al aire y exclama: - ¡COÑO, SI ES UNA AVISPA!
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